Puede ser que hayas leído en internet o escuchado en la tele acerca del boom del CBD, sobre su presencia en aceites o cremas, o tal vez hayas oído su mención en la elaboración de ciertos alimentos y bebidas. ¿Qué es exactamente? ¿Realmente funciona? ¿Es legal? Frente al ruido y la desinformación, desde NaturWest queremos ayudarte a descubrir este compuesto de forma clara y sin mitos. Hoy te presentamos 7 propiedades y curiosidades del CBD que quizás no conocías, con base científica y ejemplos reales para que te acerques a este fascinante mundo con una mirada más informada.
1. El CBD no coloca (y por qué eso es bueno)
Una de las primeras dudas que asaltan a quienes se acercan por primera vez al cannabidiol es si “coloca” o altera la mente como lo hace la marihuana. La respuesta es clara: no, el CBD no tiene efectos psicoactivos. Y esto se debe a que no actúa sobre los mismos receptores del cerebro que el THC (el compuesto responsable del “colocón”). Por eso, no genera alteraciones en la percepción ni en el estado de conciencia.
A diferencia del THC, el CBD no afecta a la cognición, la memoria ni la coordinación motora. De hecho, esta diferencia ha sido clave para que el CBD sea aceptado como alternativa natural y segura en muchos países. Mientras que el THC se une a los receptores CB1 del sistema nervioso central, el CBD actúa sobre otros receptores (como CB2), lo que permite aprovechar beneficios terapéuticos sin efectos secundarios psicoactivos. Gracias a esta característica, el CBD es completamente legal en España y en gran parte de Europa, siempre que provenga de cáñamo industrial y contenga menos del 0,2% de THC. Esto significa que puedes consumirlo con tranquilidad, sabiendo que no alterarás tu estado mental y que cumple con la normativa vigente.
2. Propiedades antiinflamatorias y analgésicas
El CBD destaca por sus efectos antiinflamatorios y analgésicos. Esta propiedad se debe, en parte, a su capacidad de interactuar con los receptores CB2 del sistema endocannabinoide, que se encuentran principalmente en el sistema inmunológico. Su activación ayuda a modular la respuesta inflamatoria del cuerpo, reduciendo la hinchazón, el enrojecimiento o el dolor asociados a procesos inflamatorios.
Además, el CBD también actúa sobre los receptores TRPV1, conocidos por estar implicados en la transmisión del dolor. Al interactuar con ellos, el CBD ayuda a bloquear esas señales que provocan sensación de dolor en nuestro cuerpo, funcionando como un analgésico natural que no requiere de opiáceos ni antiinflamatorios tradicionales. Esto lo convierte en un aliado interesante en casos de artritis, dolores musculares, lesiones deportivas o molestias crónicas, ofreciendo alivio sin generar dependencia. A diferencia de los analgésicos convencionales, el CBD no daña el estómago ni genera tolerancia, por lo que puede usarse de forma continuada si se necesita.
